“Montando al Zorro”: la película


La biografía documental dirigida por Juan Ignacio Domínguez revive íntegramente la historia del ‘Zorro’. Desde sus primeras montas, hasta su despedida en Bragado con Rufino Montiel, pasando por los testimonios de más de 15 entrevistados, entre ellos, su dueño Omar Passarotti y la invalorable presencia de jinetes históricos como Ismael Santamaría, Jorge Aristegui (10 veces campeón de Jesús María), Claudio Nielsen, José Prátula, Luis Dell’ Arciprete. Se hace también un repaso por los años ‘70, ‘80 y ‘90 en el mundo del tradicionalismo, generando una profunda y eterna empatía emocional con la historia de este caballo.

A fines de los años ’70, en la zona de Tres Arroyos –al sur de la provincia de Buenos Aires– comenzó la leyenda de un caballo que hoy todavía muchos recuerdan como indomable. El Zorro, como fue bautizado, transmitía una engañosa mansedumbre que terminaba en el instante en que alguien le ponía una montura. Sus jinetes volaban por el aire en pocos segundos, primero en jineteadas informales realizadas en campos de la zona, luego en torneos más prestigiosos y con verdaderos campeones. El platense Juan Domínguez –criado, como el equino, en Micaela Cascallares– se hizo con una buena cantidad de registros de época en los formatos más diversos y los combinó con el relato de las montas realizado por jinetes y testigos de la época. Domínguez no vacila en “intervenir” el material cuando le parece necesario, pero esto no le quita valor documental al film, e incluso le agrega emoción y suspenso. Así consigue hacer del Zorro un verdadero personaje (¡barrilete cósmico!), y de la película un buen vehículo para la leyenda.



Sinopsis escrita por el BAFICI...
A fines de los años ’70, en la zona de Tres Arroyos –al sur de la provincia de Buenos Aires– comenzó la leyenda de un caballo que hoy todavía muchos recuerdan como indomable. El Zorro, como fue bautizado, transmitía una engañosa mansedumbre que terminaba en el instante en que alguien le ponía una montura. Sus jinetes volaban por el aire en pocos segundos, primero en jineteadas informales realizadas en campos de la zona, luego en torneos más prestigiosos y con verdaderos campeones. El platense Juan Domínguez –criado, como el equino, en Micaela Cascallares– se hizo con una buena cantidad de registros de época en los formatos más diversos y los combinó con el relato de las montas realizado por jinetes y testigos de la época. Domínguez no vacila en “intervenir” el material cuando le parece necesario, pero esto no le quita valor documental al film, e incluso le agrega emoción y suspenso. Así consigue hacer del Zorro un verdadero personaje (¡barrilete cósmico!), y de la película un buen vehículo para la leyenda.
